Después de dos años de no poder realizar sus asambleas anuales presenciales, la Cofradía del Mérito Vitivinícola de Chile se reunió este fin de semana en Bodegas Re, Valle de Casablanca; ocasión que no sólo permitió recibir a cinco nuevos miembros y renovar su directiva. También, la solemne ocasión de entronización dirigida por su presidente Yerko Moreno, permitió distinguir al dueño de casa, Pablo Morandé Lavín, con el título de Presidente Honorario.

Yerko Moreno, quien deja este año su cargo después de tres períodos como presidente, explicó que este título de Presidente Honorario (nunca antes otorgado a un miembro de la Cofradía, desde su fundación en 1993), es la más alta distinción que le pueden entregar a uno de sus miembros. “Se reserva a quienes han hecho una contribución significativa y han tenido un desempeño sobresaliente durante su período como presidentes de la misma”, explicó Moreno.

Felipe de Solminihac, socio de Viña Aquitania y expresidente de la cofradía, fue el encargado de explicar las razones de tal reconocimiento, una vez entronizados los cinco nuevos miembros. En este emotivo y personal discurso, el también enólogo hizo varias analogías para describir la personalidad y trabajo de Morandé, cuya trayectoria -enfatizó- ha destacado por sus logros profesionales y calidad humana.

“El atleta entrena, corre solo, entrena para progresar, desarrollara sus músculos para hacer marcas, para llegar a cumplir lo que desea”, dijo de Solminihac sobre Morandé para asociar su juventud como atleta y su espíritu a lo largo de su fructífera carrera profesional. También, le comparó con un racimo de uvas siempre atado a la planta: “Los enólogos vivimos de la parra, de sus frutos, y como el racimo que tiene forma de corazón, nuestro corazón tiene sentimientos y pasión por lo que hacemos…”

En un recorrido por su carrera, destacó de Solminihac, la partida de Morandé como enólogo en su tierra natural, Cauquenes, desde donde partió a las filas de Viña Concha y Toro. “Allí trabajó de la mano del gran maestro Goetz Von Gersdorff, y elaboró el vino más prestigiosos y quizás más conocido de Chile en su nivel, Don Melchor… Fijándose metas, con su mente de atleta, ha buscado y logrado constantemente nuevas marcas… Así, se dijo voy a hacer mi propia viña, Viña Morandé, donde voy a volver a hacer esos vinos del secano central con variedades que no son comunes; un sueño que lo llevó a crear la línea Aventura, con el primer Cinsault de Chile, entre muchos otros cepajes que hoy se ponen cada vez más de moda… Siguió haciendo cosas distintas: vino con burbujas, House of Morandé, Golden Harvest, VIGNO… Su siguiente proyecto, junto a su familia, Bodegas Re en el Valle de Casablanca, donde la comunidad lo reconoció y premió como Hijo Ilustre. Su mente de poeta y atleta creó esta bodega para re-nacer los vinos como eran en la antigüedad, nacidos en vasijas, vinos con mucha ciencia, con mucho amor, y con arte…

Destacó a su vez de Solminihac el interés de Pablo Morandé por formar parte de la Cofradía del Mérito Vitivinícola de Chile, aperas de funda en 1993; preguntando qué méritos se necesitaba para ser parte. «Al año siguiente, ya era Miembro de Número».